Cómo no hablar sobre las mujeres soldados que combaten el ISIS

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Foto: Soldado del YPJ, Hevedar Mohammed, 12 años. Crédito de la imagen: Marie Claire.

por Tasbeeh Herwees

Desde hace semanas ya, los medios de comunicación han estado obsesionados con las mujeres combatientes que luchan contra el ISIS como parte de la Unidad de Protección de Mujeres kurda (conocida por las siglas YPJ). La semana pasada, la revista Marie Claire se expuso a fuertes críticas luego de publicar un ensayo fotográfico titulado “Estas excepcionales mujeres están combatiendo el ISIS. Es hora de que se sepa quiénes son”. Salvo que no todas las combatientes kurdas en el artículo eran mujeres —dos de ellas era menores de 12 y 14 años de edad. Ambas estaban vestidas con traje de faena militar, una de ellas agarraba una pistola en sus manos y la otra mostraba el signo de la paz.

El artículo provocó escándalo entre los lectores, que estaban preocupados de que las fotos de estas chicas se difundieran y de que la inclusión de estas muchachas en la resistencia militante se estuviera glorificando. Marie Claire retiró las fotos y emitió una declaración: “Los esfuerzos del YPJ son dignos de destacar, pero Marie Claire no justifica el uso de niños soldados de ninguna índole”.

Es perturbador que nadie que participara en el proceso de publicación planteara ninguna objeción al artículo antes de que saliera. ¿Los editores hubieran ejercido más restricciones si las fotos hubieran retratado a niños soldados en Sudán del Sur o los que están combatiendo las milicias extremistas en Siria? Por supuesto que sí, y esa hipocresía se extiende mucho más allá de Marie Claire y en las posiciones morales que a menudo Occidente toma con respecto a conflictos en Medio Oriente y el Norte de África. La prensa occidental celebra a las mujeres kurdas combatientes porque refuerzan imágenes comunes acerca de extremismo religioso y sexismo en la región. Sus medios y fines son menos importantes que el hecho de que se oponen al ISIS al igual que lo hace Occidente. El hecho de que sean mujeres luchando contra una fuerza misógina, ideológica proporciona un deleito kármico al relato.

Esta celebración también tiene que ver con las nociones fáciles de Occidente sobre las mujeres en el Medio Oriente —que siempre son pasivas, calladas y oprimidas. Pero la historia ya está llena de ejemplos de mujeres musulmanas y de Medio Oriente en los frentes de guerra. Está Khawlah bint al-Azwar, la guerrera árabe musulmana del siglo XII que comandó todo un ejército durante la conquista islámica, o Naziq Al Abid, generala del ejército de los años 1920 de quien los historiadores a menudo se refiere como la “Juana de Arco” de Siria. Más recientemente, luego de la caída de Saddam Hussein, las mujeres en Bagdad formaron una brigada del ejército para combatir insurgentes enemigos.

Para complicar las cosas aun más, hasta el ISIS tiene a mujeres luchando de su lado. El grupo extremista formó la Brigada Al-Khansaa, una brigada compuesta por mujeres, que no solamente provee puntos de control, sino que también patrulla las calles en busca de muestras de inmoralidad femenina. Umm Al Rayan es otra brigada de mujeres vinculada al ISIS. Los motivos de ISIS para formar estas unidades no son fortalecer a las mujeres, sino mantener control militar de todos los sectores de la sociedad. De manera similar, pero al otro lado del conflicto, las mujeres kurdas han estado luchando en ejércitos antes de la creación del ISIS, y sus objetivos centrales no eran feministas de por sí. Eran sobre reclamos de tierras y autonomía política, libertad y dignidad.

La valentía de estas mujeres kurdas es admirable, pero toda glorificación de la violencia en la que deben participar es un perjuicio a su causa. Si la intención es forjar un mundo mejor, entonces el objetivo debería ser la eliminación del conflicto militar, no su expansión. Los niños presentados en Marie Claire no eligieron entrar a la resistencia estrictamente por elección propia. Las condiciones de su vida diaria los obligaron a tomar las armas. Tal vez queramos celebrarlos como héroes, pero todo menor que lucha con un ejército es una víctima.

Fuente: GOOD

Traducción: Gabriela Garcia Calderon Orbe

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